Los fabricantes de automóviles japoneses no están a la vanguardia en cuanto a la adopción de nuevas tecnologías. Sin embargo, el Gobierno japonés está expresando su preocupación por el plan del presidente estadounidense, Joe Biden, de otorgar créditos para vehículos eléctricos a través de la Ley de Reducción de la Inflación. Señalan oficialmente que esta iniciativa amenaza a los fabricantes de automóviles japoneses en Estados Unidos y desincentiva la inversión.
La legislación de la Casa Blanca requiere que todo el proceso, desde la extracción de minerales hasta la fabricación, se realice en territorio estadounidense o en un país con un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos. Estos requisitos son especialmente onerosos ya que las cadenas de suministro de los vehículos con batería se centran en gran medida en China. Las partes interesadas en Corea del Sur y Europa también han expresado sus quejas al respecto.
La transición hacia vehículos eléctricos ya representaba un desafío para los fabricantes de automóviles japoneses, ya que la mayoría de sus ventas corresponden a vehículos que consumen gasolina o son híbridos. En el caso de Toyota Motor, el principal fabricante de automóviles del mundo en términos de ventas, cerca de una cuarta parte de sus aproximadamente 10 millones de ventas de automóviles en 2021 se realizaron en Estados Unidos. Sin embargo, la empresa solo entregó 14,407 modelos totalmente eléctricos a nivel mundial ese año.
En un nuevo comunicado de tres páginas sobre los créditos, el Gobierno japonés hace hincapié en la palabra «aliados» nueve veces, recordando a Biden la inversión de más de 40 años que los fabricantes de automóviles japoneses han realizado en Estados Unidos.
Este desacuerdo se presenta después de que Tokio respaldara firmemente a Estados Unidos en la imposición de sanciones financieras contra Rusia este año, resaltando la alineación entre ambos países. Sin embargo, en el tema de los créditos para vehículos limpios, las posturas parecen estar en lados opuestos.
